
Los analistas coinciden en señalar que con este nivel diferencial de deuda y en la rentabilidad del bono, España correrá el riesgo de no poder cumplir con sus deberes financieros.
Esos son los datos: 400 puntos y un 7% de interés. "Si España atraviesa ese parámetro, entrará en una espiral que desembocará en nuevas medidas de tipos", asegura el analista del Think Tank Open Europe, Raoul Ruparel.
Entre tanto, España -recoge este domingo las páginas sepia de EL Mundo-, bate por alejarse de ese precipio.
La frontera de los 300
"Con un diferencial de la deuda por encima de los 300 puntos básicos, aquí no se financia nadie", sentencia Luis de Guindos, director del Centro del Sector Financiero de PwC, y hombre en las quinielas de un futuro Gobierno de Rajoy.
Los datos de las últimas emisiones asustan. El sector bancario no emite en España desde el 31 de mayo, cuando Santader y Caja España hicieron emisiones.
Menos acuciante, afirma el suplemento Mercados, es la situación de las empresas del IBEX 35. También ellas se han quedado son ventanas de oportunidad desde principios de junio, pero la mayoría ha acaparado fondos en los primeros cinco meses.
Las grandes empresas y bancos que emiten en España, anticipando el riesgo, apostilla la información, han optado por acaparar financiación y cubrir sus necesidades para todo 2011. Ahora bien, desde entonces, el mercado está cerrado y sin visos de que se abra.
El límite del 7% de interés
Este límite del 7% es el que marcó la necesidad de rescate para los tres países que actualmente tienen vetado el acceso a los mercados. El aguante de España -subraya Mercados- podría ser algo mayor, pero aún hay que renovar la deuda por valor de 60.000 millones de euros hasta diciembre.
Mientras, los expertos del Royal Bank se preguntan cuánto puede aguantar España ante semejante escenario. El saldo vivo de deuda de España en estos momentos es de 507.000 millones, repartido en letras, bonos y obligaciones.
Actualmente, el Tesoro tiene una posición holgada de liquidez, que según estimaciones, podría estar en torno a 40.000 millones de euros.
Otra cosa bien distinta será si estos niveles actuales se consolidan en los próximos meses. A todo esto hay que añadir que la deuda española tiene un perfil mucho más especulativo que la de otros países, como Italia o Japón.
Para no acabar con la lista de problemas, hay que contemplar si las propias empresas y bancos no tienen financiación, tampoco tendrán capacidad para financiar el Estado.